lunes, 21 de septiembre de 2020

Las horas más oscuras (2017)

Un tratado de política a lo Grande. Churchill.


”Lucharemos en Francia en los mares en los océanos, en las playas en los puentes, en las pistas de aterrizaje. Lucharemos en los campos y en las calles, defenderemos lo nuestro cueste lo que cueste. Lucharemos en las colinas pero nunca nos rendiremos, si fuéramos sojuzgados entonces nuestro Imperio de Ultramar; el Nuevo Mundo, custodiado por la flota británica dará un paso en rescate del Viejo” Winston Churchill.

En 1939 el Partido Conservador unge a Winston Churchill como primer ministro, esta película es una biografía audiovisual verosímil del realizador Joe Wright, que  tuvo que aceptar la primera exigencia del personaje: un año para compenetrarse en el rol. Europa se tiñó de oscuridad cuando Adolf Hitler lanzó  su Blitzkrieg con la intención de ocupar el Espacio Vital, necesario para el desarrollo de Imperio Alemán. Wright nos introduce en el funcionamiento del Parlamento   donde se distinguen dos grupos bien marcados: los oportunistas,muy mediocres, que promueven una oscura alianza con Mussolini para pautar un acuerdo de rendición con Alemania. Los partidarios de un poder real, entre los que se encuentra el Primer Ministro, en  ellos reside la convicción de las ideas, el ejercicio adecuado dela razón como posibilidad, remota pero potencial.

   En esas horas oscuras el mal se cernía sobre el continente, la tensión de Churchill, un personaje potente, testarudo, adicto al alcohol, fumador empedernido, muy bien construido, excéntrico e  impredecible como temperamento nos introduce en el drama. Como buen mandatario que era no se deja engañar por la apariencia, pese a las presiones para aceptar un acuerdo con Alemania mediado nada menos que por la desprestigiada Italia. Demostrando su estatura de político: decide mirar a los ojos al perverso III Reich.

Arrastrando los  pies busca inútilmente un libro de Cicerón, para citar en su discurso. De los clásicos ha aprendido su visión trágica de la naturaleza humana, lo que le consintió percibir el peligro, la monstruosidad y la degradación del Reich. Su erudición le posibilita transformarse en conductor, que en el momento de la situación límite, acompaña (discretamente o no según permita su temperamento) en la búsqueda de la luz: un consenso impensable con el Rey, el Parlamento y el propio pueblo inglés, introducido por el líder como actor primordial de la gesta. Sin esta épica hubiera sido imposible mirar el caos, caminar dentro de él, con la conciencia de la tarea: defender a la isla de una posible invasión y traer a casa a los soldados varados en Dunkerque. Algunas escenas documentan su genial intuición.

Un llamado telefónico del rey Jorge VI, que le observa ”Ud. debe guiar al pueblo pero no engañarlo; haciendo referencia a la retirada de los ingleses de Dunkerque. Winston, inmediatamente acepta la corrección, él  solo pretendía “infundirles ánimo, un sentimiento que ellos ni siquiera saben que tienen”.

O en el  almuerzo con el rey, que ante la inminencia de la invasión le consulta que hacer (exiliarse en Canadá, ejercer desde allí su gobierno). Churchill responde”Ud. debe hacer lo que le conviene”, generándose entre ambos esa fraternidad que se da entre dos hombres desafiados por una circunstancia impredecible.  En otro momento el Primer Ministro abatido lo ve llegar a su residencia, aquí se da un punto de inflexión cuando Jorge VI le asegura que “al principio tenía sus reservas con Ud. otros también se sentían amilanados con su nombramiento. Cualquiera que pueda meterle miedo a Adolf Hitler, merece nuestro respeto. Vamos a trabajar juntos, tendrá mi apoyo en todo  momento. Venza esos cabrones”.

   La tarea desproporcionada es la que hace emerger al líder, todo su  límite, su  inadecuación personal queda subordinada al objetivo; ¡que humanidad emerge cuando en su último discurso nos hace ver que el progreso moral de la humanidad siempre es posible y requiere del reconocimiento de la libertad cada día![1]Winston no se separaba un milímetro de la realidad, advierte en el pueblo, el  eje  de su estrategia; debía introducirlos a una realidad política nueva. 

La escena en el metro, memorable hablando con las personas de la inminente situación hace estremecer. “La paz no se negocia el pueblo prefiere  morir”, lo que refuerza su convicción: ¡cuántos dictadores más hay que halagar y apaciguar, por el Amor de Dios, y favorecer inmensamente! No se negocia con el tigre teniendo la cabeza en su boca”. Párrafo aparte, merece la relación con su secretaria: ambos documentan la comunión de dos almas nobles frente a la perversidad del mal como sistema. También  se destaca su  esposa, incondicional y sabia, junto al Rey  lo protegen, de un universo hostil, que como nosotros hoy, puede quedar enredado  en las apariencias.

   Una película imperdible, para estudiarla, nos deja un tratado de la política como práctica cotidiana: las circunstancias son puentes que lanzan más allá del perímetro cerrado de la propia convicción, a un riesgo que siempre se debe atravesar, sobrevolando el barro de la coyuntura, en una marcha sostenida en busca del Bien. Una ayuda concreta para entender que en la vida lo que cuenta es la Tarea y  la Aceptación.2Decía Churchill “los que nunca cambian de opinión, nunca consiguen cambiar nada. El triunfo no es definitivo, el fracaso es fatal, lo que cuenta es el valor para seguir adelante”. Que esta película nos conmueva, nos deslice  del letargo de lo ya sabido.           Cristina García Recalde

Bibliografia

John Lukas. Churchill solo frente a Hitler. FCE

Benedicto XVI. Spes Salvi

Giussani,Luigi. El Sentido Religioso.



[1] Benedicto XVI. Spes Salvi

[2] Giussani ,Luigi.. El sentido Religioso.


 

4 comentarios:

  1. Que buena descripción, dan ganas ver otra vez la película, de adentrarse en el ambiente de la época y disfrutar (sin la presión de la época) un film atrapante como el que describe la autora. Gracias

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  2. Me hace pensar, extrapolando, en la situación actual de esta pandemia mundial ¡Cuánta necesidad hay de personas que se atrevan a mirar a la cara la dificultad de este nuevo "enemigo" y que estén dispuestas a enfrentarlo como desafío a su razón, a su capacidad de fraternidad y de donación de un sentido que de ánimos a los que tienen al lado para realizar la tarea!

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  3. Cierto,la esperanza el siempre un hecho,es lo por venir, depende de las circunstancias y la elección libre de la persona.Gracias Agueda!

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