lunes, 17 de agosto de 2020


San Martín. El estratega de la libertad.

   Catapulta junior lanzó una  colección de biografías con textos de Daniel Balmaceda  e ilustraciones de Pablo Bernasconi, donde recorren vidas  de personalidades que modificaron el mundo.Ademas Contine un puzzle de 300 piezas. 
   En este caso, te invito a recorrer la experiencia de José de San Martín desde su nacimiento en Yapeyú, gobernación jesuítica de la provincia de Corrientes, donde trabajaba su padre, hasta su muerte en Boulogne Sur Mer el 17 de agosto de 1850.Es un relato atractivo que permite reconstruir la etapa virreinal y el proceso de la lucha por la independencia, no solo del Río de la Plata sinó de Latinoamérica, cotejando simultáneamente con el proceso europeo.
   Es provocativo para un adolescente comprobar que a los 11 años José ya había ingresado al regimiento de Murcia en Málaga iniciando su formación militar, tres años después realizo una instrucción de montaña que le permitió cruzar los Pirineos y entrever los riesgos-peculiaridades de la montaña.  El muchacho entendió muy bien la estrategia de Bonaparte, siendo que él mismo lucho en su contra, en la batalla de Bailén.
   Los autores pasan revista a toda la vida del prócer, su llegada a Buenos Aires, el casamiento con Remedios y su tarea en el reciente gobierno revolucionario del 2° Triunvirato. La experiencia anterior de San Martin le hace admitir la dificultad de defender el norte frente a los realistas, él concibe la hipótesis del Plan Continental: cruzar la cordillera liberar Chile. Allí crear una flota naval poderosa para dirigirse por mar al foco realista de Perú asegurando la retaguardia; y en un gran movimiento de pinzas junto con Bolívar asegurar la independencia de todo el continente.
   El valor de la biografía permite destacar el  desarrollo de una personalidad singular que entendió la necesidad de desarrollar la economía cuyana, las obras públicas (puentes, acequias), promover  la igualdad social de esclavos incorporados el primer ejército multirracial de América. San Martin no perdió tiempo discutiendo su proyecto con el gobierno porteño, sino que les demostró que era posible.

   En la acción se veía su temple laborioso: crear un ejército de la nada implicaba desde la formación de la tropa, la provisión de cabalgaduras, el uso de uniforme, el orden y la formación en disciplina, hasta la táctica y la estrategia.
   Un ejército profesional en el que el mismo San Martín demostraba su trabajo; que implicaba  desde remendar la ropa o cocer también los botones de la chaqueta, hasta diagramar  los momentos que más adoraba cuando entre tarea y tarea se permitía una partida de ajedrez con los soldados o una buena guitarreada, otra de sus pasiones.

    Las ilustraciones de Bernasconi, incrementan el desarrollo imaginativo, de una gesta en la que 5400 hombres se proponen la osadía de cruzar loa andes.
   La aguda observación  del general  es visible cuando observa ”estos maturrangos son más tontos de lo que yo creía”.
   La obra nos devuelve del bronce al hombre, accedemos al temperamento, los sacrificios, la renuncia del general, las discusiones con el gobierno central y el descuido de un país ingrato, que se devora su propia historia olvidándola.


Franco Vaccarini. El cruce.Historia de una epopeya. SM

   Es una novela histórica que nos sitúa dentro de la epopeya sanmartiniana, en cuyo contexto Valentín Peña, un joven mendocino residente en Rancagua decidió incorporarse a las filas del ejército, con apenas catorce años, primero como artesano y luego como soldado.
  El personaje es el marco que estructura la obra de  Vaccarini, en la que, como en el caso anterior también  se destaca lo heroico como plataforma de lanzamiento de la acción.
   Es un texto preciosismo para reconstruir el detalle del cruce y sus obstáculos: la falta de caminos, la disponibilidad de leña, la posibilidad de encontrar cursos de agua donde saciar a la tropa y al ganado, la variabilidad térmica entre el día y la noche, la altura y su secuela del apunamiento o soroche, la provisión de cabalgaduras, la comida, calzado adecuado, etc.
   El autor también destaca la cuestión social; la manumisión de esclavos negros que se unen al contingente y los parlamentos con los pehuenches conocedores del terreno. Describe  la confección de la bandera, tan necesaria para infundir identidad y valor a la tropa.
   Entre las peripecias que destaca se ocupa de la malograda salud del general, sus afecciones; la fiebre reumática, la continua tensión nerviosa ante una empresa que al menor descuido “se la lleva el diablo”, como decía San Martín.
    Es una pincelada realista, que no ahorra el detallado desarrollo de la humanidad de los personajes, haciendo hincapié en su fragilidad, al destacar: la maliciosa monotonía de la marcha, el cansancio que se apodera del cuerpo y del alma, las dificultades de descenso, la necesidad de entrenar la voluntad, la flaqueza de la desazón ante tal sacrificio. Me parece una herramienta ideal para trabajar con los chicos, generando  un proyecto interdisciplinario con Lengua, Historia, Geografía, Construcción de la Ciudadanía y Matemática.
  Resalto que  la obra, que permite  inducir la estatura que puede alcanzar  la personalidad de un hombre (el propio general o cada uno de sus soldados) al servicio de una obra colectiva como es la defensa de una libertad costosa pero esencial para vivir.

       Cristina García Recalde.

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